Y llegamos con ambos
corazones descocidos,
desde mundos derruidos.
Tu pusiste la aguja del amor, y
yo el hilo de la ilusión,
tu la ilusión, y
yo el amor.
En lo malo y en lo bueno,
ambos siempre estuvimos
enlazados, sin estar unidos.
Y mientras las palabras
hablaban de corazones,
tal vez heridos, ellos
en silencio cosían juntos
una nueva sensación.
Ahora se que cuando
mi corazón dolido lamentaba
su dolor, se que era
dolor de la aguja que
labraba nuestro amor.
Con todo mi cariño, para ti
pequeña Roo.
corazones descocidos,
desde mundos derruidos.
Tu pusiste la aguja del amor, y
yo el hilo de la ilusión,
tu la ilusión, y
yo el amor.
En lo malo y en lo bueno,
ambos siempre estuvimos
enlazados, sin estar unidos.
Y mientras las palabras
hablaban de corazones,
tal vez heridos, ellos
en silencio cosían juntos
una nueva sensación.
Ahora se que cuando
mi corazón dolido lamentaba
su dolor, se que era
dolor de la aguja que
labraba nuestro amor.
Con todo mi cariño, para ti
pequeña Roo.
Sean felices, no es tan difícil.